CLAVES DE LA ÉPOCA:

- A la medida del hombre.

A lo largo del período medieval el concepto religioso había dominado toda la evolución de la sociedad. Desde el siglo XIV se desarrolla lo que conocemos como pensamiento humanista, que tiene como fundamento el antropocentrismo (el hombre como centro de todas las cosas).
Al servicio de esa nueva mentalidad, es necesaria una formación de un lenguaje artístico que responda a la dimensión del hombre como protagonista de la historia.
En el contexto urbano de Italia, con muchas ciudades estado de próspera economía, tiene lugar ña consolidación de un pensamiento individualista, alejado del teocentrismo de etapas anteriores.

Los horizontes geográficosy comerciales se amplían debido a los descubrimientos marítimos; la sociedad se abre dejando atrás la rigidez medieval.
En este ambiente, el artista comienza a trabajar con más libertad creativa. Goza de una mayor consideración social y deja progresivamente de ser visto como un artesano que cumple un trabajo manual. Esta nueva situación permite el desarrollo de la teoría artística y el nacimiento de la historia del arte como disciplina.


Da Vinci, Leonardo: Hombre vitruviano

- Las fuentes del Renacimiento.

La época greco- romana, por tratarse de un período en el que también el hombre vivía en las ciudades y era la medida de todas las cosas, se estudiará como referencia ideal. Esto hizo posible elaborar no una repetición, sino una reinterpretación de los principios artísticos, lo que llamamos Renacimiento, que rompía con la tradición medieval de la etapa gótica.
La herencia del mundo clásico era muy visible en Italia. Las abundantes ruinas del mundo antiguo, y los edificios que habían permanecido en pie a lo largo de los siglos eran constantes fuentes de inspiración. Durante toda la Edad Media, siempre se habían utilizado los recursos que ofrecían estos restos, diferenciándose de la evolución artística de otras regiones europeas. Estas razones, unidas a los particulares condicionantes sociopolíticos y al desarrollo del pensamiento humanista, hicieron que Italia se convirtiera en el lugar donde se puso en marcha el nuevo movimiento.

La arquitectura, que no necesitará los espacios grandiosos y espirituales del gótico, recupera el vocabulario constructivo clasicista. Los elementos sustentantes son de nuevo pilastras y columnas de acuerdo con los órdenes clásicos (dórico, jónico y corintio), con ligeras variantes.
El arco empleado será el de medio punto, el más utilizado por la arquitectura romana.
Los diseños arquitectónicos se realizan de acuerdo con un profundo estudio matemático, guardando los principios de simetría y armonía. Para ello se usan módulos geométricos, como el cuadrado, que se repiten con medidas exactas para obtener una visión final armónica. El resultado es lo que se valora como belleza, producto de la correcta proporción que se encuentra en la propia naturaleza.

- Una península de ciudades y mecenas.

El desarrollo urbano, en el mosaico de estados italianos, está en la base de la nueva mentalidad. La vida en la ciudad permitió la extensión del pensamiento humanista, liberado de los condicionantes religiosos de épocas anteriores. Las ciudades rivalizan por organizarse de acuerdo con los nuevos principios estéticos, con proyectos de renovación urbanística y con edificios emblemáticos que prestigian a sus ciudadanos.

Florencia es una de las capitales italianas donde primero surge el pensamiento humanista. La corte de la familia Médicis, gobernantes de la ciudad, es un vivero de intelectuales y artistas. Es aquí donde se forman las primeras academias, que, a la manera clásica agrupan y forman a los artistas dentro del neoplatonismo, la filosofía conciliadora que plantea una nueva mirada al mundo clásico hermanada con el pensamiento cristiano.
Los Médicis, influyente familia florentina vinculada al comercio y a la banca, se distinguieron desde el siglo XV por su protección a los artistas.


 Cosme de Médicis

Los principios artísticos del Renacimiento y las ideas de los humanistas de expandieron con fuerza desde las principales ciudades italianas al resto de Europa. Desde Florencia, Roma, Venecia o Milán muchos artistas italianos viajaron a la Europa occidental y central llevando consigo las nuevas tendencias artísticas. A la vez, muchos artistas europeos acudieron a las ciudades italianas a aprender de los grandes maestros.